Se considera la esquizofrenia como una manifestación de disyunción del sistema témporo-límbico, más sutil en sus conexiones orgánicas que las epilepsias psicomotoras.
Esta peculiaridad le otorga al cuadro la mayor trascendencia psiquiátrico-forense: se puede decir que conforman las manifestaciones con exteriorización delictiva específica de la epilepsia.