Me basó en la observación más elemental pues somos como nuestras estructuras cerebrales y la electroquímica de nuestro cerebro determinan que seamos (en principio).
Estos radicales recorren nuestro organismo intentando robar un electrón de las moléculas estables, con el fin de alcanzar su estabilidad electroquímica.
Instauró un laboratorio de electroquímica (denominado de galvanismo en aquella época) con el que alcanzó rápida fama como científico y como divulgador de la ciencia.