Si persevera en ello con gran firmeza de ánimo, saboreará el dulce fruto bajo esta caliginosa sombra, como el cachorro que recoge las migajas caídas de la mesa.
Aquel vaho caliginoso, no obstante, se desvaneció en humo y niebla, y pronto amaneció de veras y hasta lució el sol, aunque algo sombrío, como cuando se produce un eclipse.